Que hasta el infierno,
se oirán los roces,
de la colisión,
entre labios feroces,
deseando beber la cereza,
de tu boca en unida promesa.
Que tus labios,
permitan el camino,
sin vergüenza,
de la conjunción de lenguas,
devorándonos en cada mordida,
las hondas señales hendidas,
de dos seres por el beso,
rendidas.
se oirán los roces,
de la colisión,
entre labios feroces,
deseando beber la cereza,
de tu boca en unida promesa.
Que tus labios,
permitan el camino,
sin vergüenza,
de la conjunción de lenguas,
devorándonos en cada mordida,
las hondas señales hendidas,
de dos seres por el beso,
rendidas.